JIMI HENDRIX (III)
No obstante la inestabilidad del periodo, todas las errabundas experiencias que le vieron protagonista le sirvieron de aprendizaje, permitiéndole enriquecer interiormente su considerable bagaje guitarrístico.
En 1966 Hendrix formó su primer grupo bajo el nombre de Jimmy James and the Blue Flames, con una variada formación, incluidos diversos conocidos suyos reclutados en el Manny's Music Shop; entre ellos un intrépido californiano de 15 años llamado Randy Wolfe. Habiendo dos Randy en el grupo, Hendrix resolvió la cuestión rebautizando Wolfe Randy California a uno y al otro Randy Texas. Randy California sería más tarde co-fundador de Spirit junto a Ed Cassidy.
Durante esas épocas comenzó a consumir marihuana y LSD, como la gran mayoría de músicos y artistas del momento.
Hendrix y su nuevo grupo llamaron fácilmente la atención de una Nueva York todavía
distante de los sonidos y rumores de la revolución cultural y musical que estaba por explotar sobre la costa opuesta del país. Fue durante las exhibiciones en el Cafe Wha? ubicado sobre la MacDougal Street en el Greenwich Village, que Hendrix conoció a la cantante y guitarrista Ellen McIlwaine y al guitarrista Jeff "Skunk" Baxter. Fundamental, en el mismo periodo, fue el conocimiento de Frank Zappa; la leyenda quiso que fuera justamente Zappa a instruir a Hendrix sobre las prospectivas que ofrecía un efecto para guitarra de un nuevo producto destinado a ser famoso: el wah-wah.
El 1966 fue el año del giro definitivo para Hendrix: durante una noche en el Cheetah Club, ubicado sobre la West 21st Street, el guitarrista conoció a la entonces novia de Keith Richards, Linda Keith. Los dos se hicieron rápidamente amigos y Linda se esforzó para presentarle a Andrew Loog Oldham, mánager de The Rolling Stones, y al productor Seymour Stein. Ninguno de los dos recogió una impresión positiva del encuentro y —con gran desilusión de Hendrix— toda prospectiva de inserción se esfumó. Lejos de perder los ánimos, Linda insistió en presentarlo a Chas Chandler, en la época bajista del grupo The Animals. El encuentro esta vez resultó fructuoso.
En aquel periodo Chandler se encontraba próximo a concluir su historia con los The Animals y estaba en busca de detalles para redefinir su propia situación como productor y mánager; después de un breve encuentro, Chandler comprendió que Hendrix tenía buenas perspectivas por delante y se convenció a sí mismo del hecho de que una versión de un blues de Billy Roberts, «Hey Joe», propuesta según el estilo agresivo con fuzz que el guitarrista le había ilustrado podía convertirse en un sencillo de lanzamiento.
Hendrix se esforzó en buen grado para elaborar una versión propia de «Hey Joe»; el resultado entusiasmó a Chandler hasta el punto de inducirlo a llevar al guitarrista a Londres para firmar un contrato con el soporte del mánager saliente de The Animals, Michael Jeffrey. El paso sucesivo tenía que ser el de acercarle algunos músicos adecuados al nuevo sonido que tenían en mente. Después de algunas audiciones se decidió en estructurar la formación sobre un modelo power-trio (en la época muy de moda, visto también el éxito de los entonces recién nacidos Cream) y los personajes elegidos para ese fin, ambos ingleses, fueron el guitarrista Noel Redding, relegado al bajo y el pirotécnico baterista Mitch Mitchell.
Había nacido la Jimi Hendrix Experience.
El sonido del trío se reveló como una novedad absoluta; desde las primeras exhibiciones en Europa, las visionarias escaladas sonoras de Hendrix sostenidas por la furiosa batería de Mitchell y de las líneas esenciales del bajo de Redding, crearon enorme impresión en el mundo de la música londinense, dando vida a un pasaje de voz sin precedente entre los artistas y grupos que animaban la escena del Swinging London en aquel entonces. La salvaje actitud "en vivo" del guitarrista creó suspiros angustiosos en artistas ya afirmados como Eric Clapton y Jeff Beck de los Yardbirds, y el aura que lo acompañaba le permitió muy pronto de entrar en el panteón de la música rock de la época, al punto que los músicos de The Who se empeñaron en que Hendrix aceptase una propuesta de su discográfica, la Track Records.
El primer tema ofrecido a la prensa fue justamente «Hey Joe», retocado un poco con respecto a las intenciones iniciales debido a la salida de la versión del cantante folk Tim Rose, pero siempre adecuado al estilo de Jimi. En el lado B del sencillo se encontraba «Stone Free», un blues de tono grave, áspero y alucinado elegido entre sus primeras composiciones. La respuesta de las ventas fue notable y vino confirmada por los dos temas que le siguieron: «Purple Haze» y «The Wind Cries Mary»; las canciones en cuestión se volvieron pilares importantes en los fogosos actos en vivo del grupo, acompañadas de clásicos del blues como «Killing Floor» de Howlin' Wolf (con el que normalmente abrían sus conciertos), «Rock Me Baby» de B.B. King y «Wild Thing» de The Troggs.
La consagración estadounidense en el Monterrey Pop Festival
En mayo de 1967, Are You Experienced? obtuvo una excelente respuesta de ventas en el viejo continente, interrumpiendo su propio ascenso al segundo lugar en la lista de éxitos británica por detrás de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de The Beatles. De todos modos, la Experience estaba en busca de la ocasión perfecta para desembarcar en Estados Unidos, donde aún era desconocida.
La ocasión se presentó en junio de 1967, cuando el grupo fue invitado —por medio de Paul McCartney a la histórica edición del Monterey International Pop Festival llevada a cabo los días 16, 17 y 18 de junio de aquel año y generalmente considerado el evento de arranque del llamado Verano del amor que popularizó al movimiento hippie en el mundo.
La oportunidad se reveló extremadamente favorable para Hendrix: además de la importante repercusión que el evento tendría en todo el país norteamericano, su actuación sería inmortalizada en el documental que devendría tiempo más tarde del festival. La Experience no dejó escapar la ocasión y realizó una de las exhibiciones más aclamadas del evento, además de una entre las mejores de sus actuaciones en directo. En 40 minutos de concierto, Hendrix utilizó su Stratocaster en un modo hasta ese momento jamás visto, llegando a hacer mímica de actos sexuales, hacerla sonar con los dientes, por detrás de la espalda, contra el soporte del micrófono y hasta contra su amplificador causando un acople ensordecedor. Al término de la exhibición, para remarcar su furiosa necesidad de extraer nuevos sonidos al instrumento, le dio fuego con gas líquido para encendedores y la destruyó contra el palco y amplificadores en un éxtasis de feedbacks alucinantes.
Los restos de la guitarra que Hendrix destruyó aquella noche fueron recuperados y actualmente están expuestos en el Experience Music Project di Seattle.
La salvaje actuación del trío tuvo un enorme eco en todos los Estados Unidos, preparando así el terreno al suceso que vendría acogido tanto en las exhibiciones en directo del guitarrista como en sus lanzamientos discográficos.
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